El uso del suelo y los ciclos de abandono e intensificación han dado lugar a un paisaje altamente fragmentado que representa un riesgo para la conservación de hábitats naturales. Esta tarea cartografía los estados y tendencias de condición de la tierra, respectivamente en términos de madurez ecológica (que incluye desde estados maduros a los muy degradados) y de ganancias o pérdidas de biomasa vegetal en el período 2010-2020. Para ello se usan series temporales archivadas de un índice de densidad de la vegetación, y datos climáticos correspondientes. El resultado estará formado por sendos mapas continuos de toda Andalucía a 1 km de resolución, que servirán para evaluar el estado de conservación y aislamiento de los espacios protegidos de la Red Natura 2000, y también el grado de cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15.3: “Alcanzar Neutralidad en la Degradación de Tierras para 2030”.